Amor ¿Imposible?

5. Dejame ir
Habían pasado algunas horas desde que Ash había abandonado su casa y su mente seguía divagando entre el rumbo incierto que iría a tomar su vida ¿Qué hacer con ella? Se preguntaba con frecuencia, era joven, tenia y largo camino por delante. Pero había cosas en su vida que estaban incompletas. Sonrió con algo de ironía pensando hasta hace algunos días que tenia todo lo que anhelaba, pero se descubrió a ella misma engañándose, creando cosas que jamás fueron ciertas. Llenando vacios con cosas inexistentes.
Encendió el televisor con la esperanza de encontrar algo que pudiera hacer que despejara su mente de aquellos pensamientos, pero para su mala suerte no hallaba nada dentro de la “caja” de entretenimiento, apago el televisor y desocupo su lugar en el sillón ahora en busca de algo para leer. En su búsqueda el timbre del teléfono comenzó a sonar con impaciencia. Una vez. Dos veces. Tres veces. Hasta que…
-¿May?-
Una voz cálida, nerviosa sonó al otro lado del teléfono. Era la cuarta vez que llamaba, y la primera vez que le contestaban. Pudo ahogar un gritito de emoción al oír la pausada respiración de su tan anhelado tesoro.
-Si, soy yo ¿Qué se te ofrece, Drew?-pregunto May tratando de sonar con fingida indiferencia.
-¿Cómo haz estado?-le respondió Drew con otra pregunta, nervioso.
-Bien, gracias por preguntar. Y ¿tu?-pregunto May mostrándose un poco mas amigable y cooperativa.
-No también como quisiera. Hay cosas que no me dejan estar bien…-suspiro
“Se por donde va. Creo que también debo ser clara con el. Se lo merece.” pensó May -También hay cosas que no me han dejado estar del todo bien, como dices tu…-
-Creo que necesitamos hablar. Se que nada de esto es fácil para ti, y puedes tener por seguro que tampoco es nada fácil para mi. Nos hemos hecho tanto daño, hay tantas cosas inconclusas. No pido que estés conmigo, tan solo quiero que sepas bien como ocurrieron todas las cosas, y que todo lo que haz creído, hasta este momento, es falso…-
-Lo se, te espero, aquí en mi departamento, ven en cuanto puedas-contesto May en un tono de urgencia.
-Gracias por entenderlo-Y colgó el teléfono.
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Los días ya estaban marcados, y no había vuelta atrás. No había nada mas que decidir, ya había perdido muchos días y aquel era la última oportunidad que le quedaba. Salto de la amplia silla que ocupaba en frente del gran escritorio de madera de roble y salió corriendo de su oficina, tras cerrarla con llave. Se despidió de los empleados que encontraba en su camino con tan solo una sonrisa o con un amable gesto de mano. No podía detenerse a platicar, no cuando tenía el tiempo encima, en su contra. Bajo al estacionamiento y corrió hasta donde tenia aparcado su deportivo. Abrió la puerta, se sentó en el asiento del piloto, conduciendo hasta el centro de la ciudad, lugar donde se hallaría Misty.
-Prometí no estar triste, te estaba engañando, cada lagrima oculto, no me veras llorando, siempre mi amigo serás, como hiere al corazón, en nuestra ultima razón, saber que no podre verte ya mas…-
-Esa canción…-Ash había entrado por la puerta sin que ella se diera cuenta, estaba tan distraída viendo la foto de ambos que ni siquiera se percato que el ya estaba detrás de ella girándola hacia el, tomándola de la cintura…
-Misty-susurro levemente aquella voz masculina que se quebraba al ver la silueta de una triste pelirroja con maletas bajo el brazo
-Ash, no digas nada, entiende que nada de lo que digas me hará cambiar de decisión-dijo mientras esquivaba la mirada decepcionada de Ash
-Pero, Misty...por que lo haces...sabes lo que siento por ti...Lo sabes-su voz se quebró
-Ash, por favor, entiéndeme, no hagas esto más difícil-pronuncio Misty con voz quebrada, las lagrimas querían salir de sus ojos, pero no, no lo iba a permitir. No iba a dejar que Ash la viera llorando, no pensaba demostrarle todo lo que le dolía que ya jamás se volvieran a ver.
-Misty, no puedes irte así…tenemos que hablar…-
-Ash…solo déjame ir…-
-Pero Myst…-
-No hay nada mas que decir, Ash. Haz tu vida como quieras, yo no me opondré, anda se feliz, al lado de ella o de quien tu quieras.-
-Misty, yo solo quiero ser feliz a tu lado-dijo con dolor en su voz al verla marchar
-Esto no funcionara Ash. Por favor no ahora, no ahora que ya tome una decisión-
-¿Qué decisión?¿De que hablas?-comenzó a preguntar Ash con desesperación, estaba a punto de perder lo que mas amaba en el mundo.
-Me voy Ash, ya lo sabias. Mi nueva vida esta esperando en Sinnoh-
El tiempo se detuvo en un pequeño instante, Misty deposito las maletas en el suelo y marcho con delicadeza hacia a Ash, lo contemplo con dulzura perdiéndose en los ojos marrones del chico, recordando, añorando ilusiones que en aquel momento ya estaban despedazadas, ya no había marcha atrás. Ash tomo las manos de Misty que recorrían con suavidad el rostro afligido del chico rodeándolas con manos fuertes, desesperadas. Sin saber mas se acerco a ella y la beso. Un beso que parecía una breve eternidad.
-Misty, Mi Misty, dame una oportunidad de demostrarte lo que siento-murmuro Ash separándose con lentitud de los labios de Misty llevando la mano derecha de la chica hacia su pecho-Te amo-
-Pero Ash…-
-Solo di si o…no-
-Te amo, Ash Ketchum!-
En ese pequeño momento, en ese instante la vida de dos jóvenes realmente empezaba, juntos.
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Dawn buscaba con impaciencia algún papel extraviado en uno de los tantos cajones del archivero de recursos humanos. ¿Cómo era posible que hubieran perdido su contrato? Si ese tendría que estar mandándose en este preciso instante a Sinnoh, para que todo el papeleo de su transferencia estuviera lista para cuando ella llegara y así poder empezar a trabajar de inmediato en el inicio del Gran Festival que estaba por comenzar en su natal región. Seguía moviéndose con impaciencia buscando entre todos los archivos de todo el lugar.
-Amor, tranquila. Ya lo hallaras…-susurro con calma Paul quien bebía de una botella de refresco
-Paul, sabes que si no hayo el contrato, nuestra ida tendrá que retrasarse, quizá hasta semanas…y no quiero. Yo ya quiero estar contigo, porque en semanas es nuestra boda…-dijo Dawn mostrando un hilo de histerismo en su voz
-Te mereces un descanso. Cálmate-
Paul dejo la botella de refresco en el suelo, a un lado de uno de los tantos archiveros y se acerco por detrás a su novia quien seguía hurgando en un cajón por centésima vez. La tomo de la cintura, le beso con ternura la sien y después comenzó a masajear los hombros de la estresada chica.
-Haz hecho tantas cosas, que no te vendría mal un descanso…-
-Pensar en descanso… ¿Me lo merezco?-cerro los ojos.
Y dejo sentir el suave masajeo que le daba su novio en sus tensos hombros, bajando por la espalda alta, dando círculos estratégicos, calmando poco a poco la tensión que sentía además de la impotencia y el coraje por el descuido de quien sabe quien. Se dejo guiar por sus sentidos, creando un mundo en ese instante donde solo existían Paul y ella, su mundo perfecto, su mundo de ensueño. Paul la giro hacia el y comenzó a besarla con ternura, ella lo rodeo con abrazo alrededor de su cuello, mientras el la llevaba mas hacia el tomándola de la cintura. Era un momento perfecto, hacia tanto que no podían disfrutar de algo así.
Pronto los besos subieron de intensidad y las caricias ahora eran de urgencia. Paul busco un lugar libre para colocar a Dawn y poder disfrutar mas del momento, el que deseaban desde hacia tiempo.
-Tranquilo amigo-dijo Dawn entre risas separándose de Paul
-Lo se, hasta la noche de bodas-dijo con resignación
-Exacto-
-Mejor vamos a ver como van las cosas por allá en Sinnoh-
-Pero ¿Mi contrato?-pregunto algo apurada
-Aquí esta-contesto Paul tomando una carpeta que estaba arriba de uno de los tantos archiveros.
-Eres un pillo-concluyo Dawn entre risas
-Lo se-Y salieron de la habitación.
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Nuevo capitulo de Amor ¿Imposible? Esta por terminar n____n